jueves, 17 de junio de 2010

La muerte tiene su tiempo


Los días se quedaron detenidos en el calendario del cuarto de Ori. La inmensa "X" negra, que cubría cada día en pleno, llegó hasta el 23 de febrero. Esa mañana, cuando se levantó, no tenía en sus planes volver a ver a Giomar, su exnovio. Pero la madrugada siguiente ella y, su mamá, Quimi, fueron abaleadas y quemadas en Parque Caiza por el propio Giomar y seis hombres más. La causa fue el robo de 32 mil dólares que los padres de la chica ahorraban para comprarle un carro.

Los vecinos que salían de Parque Caiza, la mañana del 24 de febrero, vieron en un descampado los dos cuerpos lacerados y quemados. Los que allí estuvieron no olvidan la imagen de aquellas dos mujeres: separadas por unos dos metros de distancia, madre e hija vivieron juntas su muerte. Pero fue Ori quien primero presenció cómo mataron y quemaron a su mamá.

Aquellas muertes, sin embargo, comenzaron unos días antes. Orianna tenía más de seis meses sin saber de Giomar Cartagena. La relación, que estuvo a punto de matrimonio, terminó a finales de 2008: Ori tomó un bolso un día de julio de 2009 y le dijo a su mamá que viajaría al estado Bolívar, para visitar a Giomar en la casa de su abuela. Quimi, que conocía a Giomar y nada le gustaba, no la disuadió. Confiaba en que, como antes, ella acabaría por darse cuenta que no valía la pena.

Ori estuvo unos 15 días en Bolívar. Giomar y ella habían vuelto, pero bastaron 10 días más para que se diera cuenta de que ya no lo quería y, una vez, más rompieron.

Lorena Morey, una de las mejores amigas de Ori, cuenta que en ese episodio ella le comentó:

- El me dijo que había cambiado, pero es el mismo.

Se refería a los constantes desplantes de Giomar, a las horas que la podía dejar esperando por él. En fin, a la “patanería” con la que todos recuerdan que la trataba.

Al poco tiempo de haberse separado, Giomar fue herido al enfrentarse a tiros con la Guardia Nacional en Barquisimeto, en Lara. En esa ocasión fue detenido por secuestro y robo. Una tarde Ori lo llamó para saber si estaba bien, él se negó a atender y puso a su amigo, y compañero de delitos, a que le dijera que no quería saber nada de ella. 50 días más tarde él quedó libre por un tecnicismo legal.

Los meses pasaron y Ori conoció a Francisco, el chico con el que estuvo hasta el día de su muerte. Las familias de ambos estaban satisfechas con la relación, en especial la mamá de Ori. En ese tiempo Quimi se animó a darle a su hija tres cartas que escribió durante los cuatro años que la chica estuvo con Giomar. Allí le contaba lo mucho que lamentaba verla sufrir por el maltrato de él.

Pero el exnovio, siempre reincidente, volvió a aparecer días antes de la muerte de Ori y Quimi.

Según la investigación policial, los registros telefónicos muestran que Giomar llamó a Ori del celular de su mamá.

La policía cree que ingenua, Orianna, le comentó a Giomar que su mamá ya tenía el dinero para comprarle el carro en su cumpleaños.

Giomar conocía los hábitos de la familia, sabía que Quimi era dada a guardar el dinero en efectivo y, en la mayoría de los casos, dólares, pues antes ella le prestó 30 mil Bs.F que él nunca les devolvió.

Douglas Cartagena, el primo de Giomar, y uno de los dos detenidos por la muerte de madre e hija, relató que el 19 de febrero Giomar lo llamó por teléfono, a Ciudad Bolívar, a él y a Luis Molina Cartagena, otro primo, para hacerles una propuesta.

-Tengo una vaina buena.

Cuando se reunieron el 22 de febrero en Caracas, contó Douglas en su declaración, estaban tres hombres más, llegados de Barquisimeto. Se trataba de “los Guaros”, uno de los cuales habría estado preso con Giomar en Uribana. Ellos también fueron invitados a ser parte del falso secuestro. Giomar sacaría a Orianna de su casa con la excusa de despedirse, pues diría que estaba enfermo y por ello se iba a vivir a España.

Los hombres fueron juntos en el día a fijar el lugar dónde iban a interceptar a la pareja: un paraje en la Cota Mil, donde Giomar diría que iba a orinar. Así lo hicieron...

Mientras Giomar y “los Guaros” fueron a casa de Ori en San Bernardino para llevarse a Quimi, los primos Cartagena se quedaron con Oriana a vigilarla.

Los dos debían permanecer en silencio, pues, aunque tenía los ojos vendados, ella les conocía de aquel viaje a Bolívar. El teléfono de Luis sonó y él respondió. Pronto Ori comenzó a comprender…

- Tú eres Luis, el primo de Giomar. ¿Por qué me están haciendo esto?

Orianna gritaba angustiada al darse cuenta de lo que estaba pasando.

Los dos primos se quedaron callados. Cuando el grupo estuvo junto de nuevo, Luis le contó a Giomar lo ocurrido.

- La chama me reconoció.

- Entonces hay que matarlas.

La sentencia de Giomar fue indiscutible. Cuenta Douglas que de nada valió que él objetara la decisión alegando que era apenas la palabra de Ori, y que no los había visto. Giomar concluyó.

- Al que le toca, le toca.

A la mañana siguiente ambas fueron halladas. Según el relato de Douglas el propio Giomar disparó. Luego las rociaron con gasolina y las quemaron para dificultar que las identificaran.

De ese instante han pasado más de tres meses, y la mayoría de la familia y los amigos han vuelto a sus vidas. Aún así, quedan dos cuyo tiempo comenzó a marchar distinto desde ese 23 de febrero.

Francisco, el novio perfecto, va cada domingo al cementerio a llevarle flores a Orianna.

El papá de Ori consume los días. La cuenta que se detuvo para Orianna comenzó para Santi-KO. Hace poco le comentó a una de sus mejores amigas.
- Van 110 días desde que ya no están.